En América Latina, el sector empresarial desarrolla su actividad en un entorno que no logra liberarse aún de la pobreza que afecta una proporción importante de pobladores, ni de las brechas estructurales que no permiten alcanzar mayor igualdad de oportunidades para todos; las empresas actúan en un contexto que no termina de consolidar prácticas y valores democráticos, que todavía lucha por estabilizar una senda sostenida de crecimiento económico, y donde el medio ambiente, uno de los mayores activos de la región, no tiene la centralidad necesaria.
El sector empresarial influye y es influenciado por este entorno. La empresa no es un actor externo, está inmersa en este contexto. Puede y debe, desde los negocios mismos y desde la inversión social privada, contribuir a afianzar una senda de desarrollo con beneficios ambientales, sociales y económicos perdurables para todos, en un marco de corresponsabilidad con las comunidades y el sector público.
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Las empresas tienen el gran potencial de orientar sus acciones de relacionamiento con la comunidad, mitigación de impactos sociales y ambientales, gestión de la cadena de valor e inversión social en una perspectiva de desarrollo sostenible que se materializa en los territorios y debe contribuir a la construcción de comunidades sostenibles.
La estrecha articulación de la estrategia corporativa con el desarrollo sostenible por un lado, y de otro, la articulación de la empresa con las comunidades y gobiernos, abre un gran potencial para promover la consolidación de entornos sostenibles que crecen y prosperan económicamente, superan sus condiciones de pobreza y desigualdad, y a la vez son ambientalmente más cuidadosos del legado que dejarán a las generaciones futuras.
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"En este Foro Internacional de RedEAmérica, FIR Mérida 2015, se busca reflexionar sobre cómo las empresas junto con las comunidades y el sector público vienen contribuyendo al cuidado del medio ambiente en América Latina, con un horizonte de desarrollo sostenible en las comunidades y territorios."
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